
Tarde o temprano, todo ser humano recibe la visita imprevista de una vieja y exigente maestra: la adversidad. Por ello el genio y talento humano debe ser arropado y completado por un carácter recio, libre, entusiasta y responsable y así, lograr que éste no se marchite y desperdicie sin proveer su gran caudal de creatividad e inteligencia.
De esta manera, desde la adversidad, palabras como decisión, acción, éxito, valores, tiempo, aprendizaje, liderazgo, cobran un nuevo y más profundo significado.